naturaleza dura, naturaleza de extremos

los acantilados, o roquedos como yo definiría en Gansbaai, consisten en una formación rocosa de un toral de 20 metros altura con rocas erosionadas de forma que han resultado ser un conjunto de pivotes verticales, de guardianes u observadores de ballenas como yo los llamo “whale´s watchers”, que se enfrentan diariamente al salvaje atlántico en su extremo más sur donde he sido testigo de las más atronadoras tormentas de la punta sur de África.
Pero he de puntualizar aquí la diferencia entre los efectos que sufres si la tormenta es marítima o de superficie. No sabía que existía tal diferencia, pero es enorme, pudiendo ver el mar con olas de 8 o 10 metros de altura pero sin sentir vientos muy fuertes sobre ti, y lo contrario; en esta zona es normal que el mar venga empujado por fuertes corrientes hacia la costa la vez que rachas fortísimas desde tierra lo intentan detener.
Va más allá del típico modelo de vientos nocturnos o diurnos costeros. La cizalla es un continuo en estos lares, y una diferencia de 30 metros de altitud los es todo. En cualquier caso, es un espectáculo ver cómo el mar rompe contra las impasibles rocas.
Piensa al ver esta imagen que hay una ballena con su cría esperando a que las aguas vuelvan a su sitio.

 

The cliffs, or rocky outcrops as I would define them in Gansbaai, consist of a rock formation of a toral 20 metres high with rocks eroded in such a way that they have turned out to be a set of vertical pivots, whale’s watchers as I call them, facing daily the wild Atlantic at its southernmost tip where I have witnessed the most thunderous storms of the southern tip of Africa.
But I must point out here the difference between the effects you suffer if the storm is a sea storm or a surface storm. I didn’t know there was such a difference, but it is enormous, being able to see the sea with waves 8 or 10 metres high but without feeling very strong winds over you, and the opposite; in this area it is normal for the sea to be pushed by strong currents towards the coast at the same time as very strong gusts from land try to stop it.
It goes beyond the typical pattern of coastal day or night winds. Shear is a continuum in these parts, and a 30 metre difference in altitude is everything. In any case, it is a spectacle to see how the sea breaks against the impassive rocks.
Think of this image as a whale with its calf waiting for the waters to return to their place.